MI NECROMANCER

lunes, noviembre 02, 2009

Clavos en el alma ( manifiesto de un amor que quiere terminar por irse)


Altas horas en la madrugada fría...tu voz es opaca esta vez.
Semana y media de silencio, palabras que rebotan contra mi pecho
frases demasiado vacías para una boca tan erudita...me suenan a un lamento gastado; me saben a pérdida de tiempo.
Invertimos sueños y cosechamos lágrimas...
Y un teléfono que suena. Y mis pasos sobre el frío mosaico de mi cuarto
y tu voz, y el contenido de tu mensaje...y la sensación de nuestro vértigo perdido
y la soledad de una charla que no me dejo mas que incertidumbre...
Volvés a mi vida, después de una semana de ausencia manifiesta....y mas de dos meses de haberme acostumbrado a lo real de tu pérdida...
Volvés y sos otro. Volvés y aunque suene desalmado...prefiero que tu norte, lo marque otra brújula; No quiero correr tras la huella de tus pasos que ayer me precedieron; será porque tu camino ya no me lleva a un buen puerto, será porque tu ruta en vez de traerme gaviotas, me regala un amplio círculo de buitres...y la desolación pesa, se me escapa con cada lágrima que no lloro, con cada sonrisa que no brindo, con cada beso que niego...
Vos y yo, simplemente somos diferentes, estamos en sintonías opuestas, estamos parados en paradigmas irreconcilliables
Y yo que quería acariciarte el alma... y vos, simplemente tenias ganas de hacerme feliz.

Tan lejos están nuestras realidades de nuestros deseos... y vos pensabas que era un tema de distancia.
Es algo mucho mas simple, amor.

No puedo amarte como quiero
No podés amarme como necesito

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De regreso desde tu brazos




Mis noches sin tus brazos eran vacías, el frío entraba por las ventanas cerradas, y se detenía en mi aliento, mis sueños estaban poblados de escarchas y mis días prometían heladas interminables... Pero me fuí acostumbrando a un estar y a ser, mimetizándome con el frío que terminaba consumiendo mis deseos de amar.

Y mientras me amás, tu ser y mi ser, convertidos en uno, quiebran el delgado eje de la tierra.

La primavera llegaba, inundaba mi tiempo y mi espacio, pero paralelamente en mí, el vació de la desesperanza me hacía ver todo gris, opaco, todo era desierto y piedra...

Y mientras me amás, tu ser y mi ser, convertidos en uno, quiebran el delgado eje de la tierra.

Todo me sabía a desolación y una consolación muy lejana, un torrente pesado de agua turbia, un cristal roto, un mal dibujo empotrado en una pared... un hoyo en el suelo, una tumba recién cubierta, una lápida mohosa, y rota, olvidada de Dios... Esas eran mis noches sin vos.

Y mientras me amás, tu ser y mi ser, convertidos en uno, quiebran el delgado eje de la tierra.

El verano tiñió de anaranjado el sol, y mi ser se cubrío de manzanas rojas, arena, sal y estrellas marinas, de pecas y de narices rojas y de pronto, cual navaja, una voz rompió con mi monotonía, sumergiéndome en un mar de caricias, de besos y de brazos rodeando mi talle.

Y mientras me amás, tu ser y mi ser, convertidos en uno, quiebran el delgado eje de la tierra.

Susurros entre dichos al oído, sabor a canela en los labios, perlado sudor oliendo a mirra, envolvióse mi cama con tu ser... Tus ojos pardos acariciaban mi esencia y tiñose mi aura con tu color.

Y mientras me amás, tu ser y mi ser, convertidos en uno, quiebran el delgado eje de la tierra.

Llevaba en mi cuerpo tu perfume, llevaba en mis labios tus palabras... tus ojos infundian paz y tus brazos eran mi refugio predilecto... ahora que estoy dentro tuyo, fuera tuyo, a tu diestra, a tu izquierda, arriba, abajo, detrás y delante, me pregunto , mirandote ¿cómo será volver de tus brazos?, y el breve espacio de nuestros cuerpos prefiere no averiguarlo...


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