MI NECROMANCER

lunes, julio 03, 2006

MI NECROMANCER


Mi señora, haré este mensaje breve... Los árboles se mueven inquietos, los murciélagos se han quedado en sus cuevas y los lobos aúllan con una tonalidad aún más siniestra. Hay extraños en mis dominios y debo estar presto a la batalla.
Debo decir, sacerdotisa Lauranna, que ha sido para mi un tremendo placer poder hablar con usted, aunque poco, el día de ayer. Espero ansioso la próxima vez que nuestros caminos se crucen, para conocernos mejor. Desafortunadamente, este fin de semana debo unirme a un grupo de aventureros para llegar hasta Navarro, mi pueblo natal. Mi familia hace un festejo y se requiere mi presencia. Puro campo y naturaleza mi pueblo. Allí me sentiré a gusto.
Le dejo, eso sí, un manuscrito mío, uno de los pocos relatos que, en mis épocas de bardo, he podido recolectar por el mundo. Espero no sea usted floja de estómago, no es apto para personas débiles de espíritu.
Sin más, se despide de usted, dejándole el candor de mis labios impresos en vuestra mejilla